Los astronautas de la primera misión a Marte, en 2020, desaparecen bajo un torbellino de polvo de enorme violencia. Una nueva misión investiga el desastre.
Mission to Mars (Brian de Palma, 2000)
Misión a Marte – Tráiler YouTube
Este personaje rememora el gusano de agua que aparece en The Abyss -una experiencia 3D pionera en el cine.
Brian de Palma es cualquier cosa menos un cineasta previsible. En Mission to Mars (2000), una misión de rescate se acaba convirtiendo en la clave de la existencia humana. Un cóctel cien por cien depalmiano, donde se mezclan la ciencia y la realidad con la mística y la espiritualidad. ¿Y qué mejor escenario que el espacio y el planeta Marte para que su imaginación se despliegue con todo su potencial?
La película contiene diversos arquetipos narrativos (la fascinación por el viaje, el descubrimiento y la exploración espacial, la relación entre el hombre y la máquina, el poder de la tecnología enfrentado a la naturaleza, el compañerismo y la pérdida, el elegido, etc), de modo que la gran obsesión del director, así como de los supervisores de efectos especiales John Knoll i Hoyt Yeatman, fue poner siempre la historia en primer término e intentar que los efectos estuvieran siempre a sus órdenes. Otra prioridad paralela fue la búsqueda del realismo científico. Para ello, la documentación previa fue obligatoria y exhaustiva. Hasta el más mínimo detalle (los vehículos, el hábitat, la nave espacial, la estación) estuvo supervisado por astronautas profesionales y expertos de la NASA.
La mayor dificultad de la película consistió en construir los exteriores de Marte con realismo total, sin fisuras: Marte tenía que ser creíble. Buena parte de la historia transcurre en el planeta rojo y, por tanto, había que recrear la luz brillante y la geografía salvaje propias del ambiente marciano. El departamento de producción localizó una zona desierta en Vancouver, sin vegetación y con un horizonte interrumpido; se colocaron rocas volcánicas, piedras de Jordania, tierra de la Islas Canarias y se usaron 65.000 litros de pintura biodegradable para recrear las tonalidades rojizas, doradas y anaranjadas de Marte, que se complementaron con reflectores de cobre para perfilar las sombras y eliminar los azules.
Después del rodaje en exteriores, el cielo y el fondo se tuvieron que digitalizar. Dreamquest se encargó de construir maquetas geométricas digitales en tres dimensiones para simular espacios de hasta 140 kilómetros. Pese a la voluntad de mantener la historia en primer término, algunas tomas, especialmente las más abiertas, se diseñaron para optimizar y facilitar la postproducción de efectos. El resultado fue un paisaje hostil, seco, amenazante, y también convincente.
En Marte transcurren dos de las secuencias más espectaculares de la película. Por un lado, la escena del vórtex (la tormenta de arena), que pese a su brevedad supuso el mayor desafió tecnológico. Los técnicos trabajaron con la intención que fuera lo más orgánico posible, creíble como fuerza de la naturaleza y temible como criatura terrorífica. Dreamquest se inspiró en War of the Worlds i en la experiencia anterior de Armageddon. El software del programa Hooka, que funciona a base de interactuar millones de partículas digitales, resultó perfecto para diseñar y ejecutar el vórtice y su frenética actividad.
El otro gran espacio fílmico de Mission to Mars es la nave espacial donde viajan los cosmonautas. La dificultad principal residió en recrear tanto la propia nave como la vida y los movimientos al interior de la misma, determinados por la gravedad cero.
Garry Elmendorf construyó el círculo interior de la nave (una enorme rueda de fricción giratoria impulsada por un motor hidráulico), una obra de ingeniería cinematográfica de 12 metros de diámetro, 26.000 kg de peso i capaz de girar a 6 rpm. Además, permitió colocar cámaras con cuatro ejes, capaces de realizar todos los movimientos posibles sin cortes, una auténtica delicia para un virtuoso como de Palma.
Dentro de la nave contemplamos algunas de las secuencias más bellas y genuinas, como el baile entre Woody y Terri i los desplazamientos de Phil entre compartimentos. Al final, el espectador tiene la sensación de haber vivido momentáneamente una experiencia real de ingravidez.
Para las tomas del exterior de la nave, se crearon maquetas a tamaño real, lo que proporcionó a de Palma las condiciones ideales para sus planos largos característicos (entre 30 y 60 segundos, una eternidad en el género), a la vez que demostró la fundamental influencia de 2001: A Space Odissey en el imaginario espacial.
Así mismo, cabe destacar el uso narrativo de los animatics, a partir de los cuales de Palma empezó a planificar el rodaje a la vez que se empezaron a diseñar y crear los efectos especiales.
Mission to Mars no es otra película de ciencia ficción. Es un hipnótico ballet espacial, una historia de lealtad, compromiso y ternura que contiene la esencia de los grandes relatos de conquistadores situados en un marco escénico monumental.
De Palma y su magnífico equipo técnico y artístico consiguen que el espectador tenga un punto de vista único y privilegiado sobre el universo. Sin duda alguna, el impacto visual es extraordinario: viajamos donde nunca hemos estado y donde nunca podremos estar.
Marc Farràs
junio 2010