La trilogía de los anillos es un compendio de efectos y animaciones digitales, entre ellas Gollum, uno de los personajes virtuales más logrados.
The Lord of the Rings: The Two Towers (Peter Jackson, 2002)
El señor de los anillos: Las dos torres – Gollum YouTube
Bajo el paraguas de la esquizofrenia, cine y la literatura han consagrado a algunos de los personajes más sórdidos y truculentos de nuestro imaginario colectivo. En el caso de la literatura, el gran arquetipo esquizofrénico se lo lleva Robert Louis Stevenson con Dr Jekyll y su inseparable Mr Hyde, el bueno y el malo, el científico y el monstruo. A este juego de dualidades, de personalidades encontradas que dialogan en un mismo cuerpo, tampoco se ha resistido el cine. ¿Qué sería “Psicosis” sin Norman Bates y su posesiva madre, o “El club de la lucha” sin el tándem del personaje de Edward Norton (el narrador, el pringado) y Tyler Durden (Brad Pitt, el alocado triunfador)?
Irónicamente, el término “esquizofrénico”, no es el más adecuado para describir a este tipo de personajes. En realidad, a lo que tanto literatura y cine no han dudado en aludir desde sus inicios es lo que conocemos como TID (Trastorno de la Identidad Disociativo). La persona que padece esta enfermedad, en lugar de ver a otros que no existen, lo que hace es “alternar” sus personalidades, y es muy frecuente que estas entren en conflicto. De este modo, y sin duda alguna, Gollum se eleva como el gran arquetipo del TID del sXX y XXI.
Este personaje, creación de JRR Tolkien, irrumpe en “Las Dos Torres” como uno de los mayores logros tecnológicos de los últimos tiempos, en lo que a personajes íntegramente creados por ordenador se refiere. Y es precisamente esa naturaleza disociada, esa doble personalidad, la lucha Gollum vs Smeagol, lo que enaltece aún más, no sólo el trabajo de Peter Jackson, sino el de Weta Digital y Andy Serkis, el actor detrás de Gollum.
Ante los crecientes avances en el cine de animación, muchos se atreven a soñar con actores cibernéticos sin ataques de ego, antojos, exigencias, ni necesidades, algunas básicas e inherentes al ser humano, y otras no tan básicas. No obstante, en el campo de la expresión, el actor de carne y hueso parece ser insubstituible. Por ese motivo, no nos sorprende que detrás del rostro pixelado de Gollum encontremos uno humano: el de Andy Serkis, actor británico encargado de prestar, no sólo su voz, sino también su cara, sus gestos, en resumen, su interpretación. Difícilmente se podría concebir a un Gollum creíble dejando de lado la naturaleza más humana del propio personaje: su enfermedad. Sin lugar a dudas, toda una paradoja tratándose de una criatura creada por ordenador. De este modo, la incorporación de Serkis en el proyecto vehiculó la construcción del Gollum que para siempre quedará en nuestra retina, integrando las propias facciones del actor a la marioneta digital.
De cualquier manera, no dejamos de referirnos a una criatura sintética. Si bien la intervención de Serkis fue clave, los personajes no se animan solos. Más de dos años de estudio de la expresión facial del actor, por parte de Bay Raitt (animador de Weta) y la combinación de diversas técnicas (capturas de movimiento, animación por key frames etc), han dado lugar a una de las interpretaciones más impresionantes de los últimos años. Así pues, la paradoja se convierte en realidad, el ser virtual se torna humano y los animadores de “Las Dos Torres” consiguen lo que parecía imposible: convertir a Pinocho en un niño de verdad.
Teresa Espejo
junio 2009
Richard Taylor, el supervisor de Weta Workshop afirma que Gollum fue un personaje verdaderamente difícil de crear, y no es difícil imaginar por qué motivos podía afirmarlo tan rotundamente: por un lado está la complejidad técnica de traer a la vida a una criatura inexistente, por la otra está la presión de no defraudar a los fans de Tolkien, también existe el reto de integrarlo en una época totalmente ajena a nuestros tiempos: la Tierra Media y con actores reales, y por último tenían que crear un icono que había estado descrito célula a célula en la trilogía de “El señor de los anillos” y ajustarse fielmente a esa descripción. ¿Cabe todavía alguna duda de su complejidad?
Según Jim Rygiel, diseñador de efectos visuales en “ El señor de los anillos” Gollum era una criatura que a su parecer no podía ser interpretada enfundada en un traje de goma, pues éste tenía que interactuar. Por ese motivo pronto se dieron cuenta de que la criatura debía hacerse íntegramente por ordenador, intentando que su modo de hablar y sus acciones fuesen reales. Ése es sin duda uno de los mayores retos de la cinematografía actual: integrar la realidad con la ficción de manera que todo parezca realidad o todo parezca ficción, o bien una postura mixta. Afortunadamente el mundo digital lo hace posible.
De este modo, finalmente decidieron emplear animación por captura de movimiento, usando los movimientos naturales del actor Andy Serkis siempre que fuese posible. El actor, por contra de lo que muchas personas creen, tuvo que poner mucho de su parte. No habría sido posible lograr un Gollum tan verosímil sin la total entrega de Serkis. Lo primero era la interpretación en el plató, con posiciones de referencia, después estaba la captura de movimiento. La técnica consiste en grabar lo que el actor hace físicamente con el fin de trasladarlo, en tiempo real, al modelo del Gollum generado por ordenador. Acto seguido, procedían al ADR (Automated Dialogue Replacement o lo mismo en castellano: Sustitución Automática de Diálogos), grabando las pistas vocales para los animadores. Finalmente estaba el proceso de animación en sí, donde el equipo de animadores desarrollaba y definía el personaje, frame a frame, utilizando todo el proceso anterior para introducir a Gollum en las escenas con los actores reales.
Este proceso en sí tiene origen en la investigación médica. Se infiltró en la industria del ocio y finalmente al videojuego. El cine no tardó en hacer uso de él en cuanto estuvo preparado. Para desarrollar la captura de movimiento, debían poner a Serkis un traje negro diseñado especialmente, cubierto de puntos reflectores sujetos con velcro en lugares estratégicos: las articulaciones y las extremidades. Posteriormente, esos puntos eran capturados por las cámaras cubriendo los 360 grados. Y de ese modo crearon el Andy virtual, que posteriormente fue transformado al Gollum. Cuenta Serkis que fue sorprendente su experiencia actuando y viéndose a sí mismo simultáneamente transformado en Gollum: “una experiencia virtual única” donde tuvo que aprender a actuar para el digital, proceso que denominan “ciberactuación”, algo totalmente fuera de lo común hasta entonces. Pero a la vez, algo con mucho futuro por delante: la prueba de ello está en la reciente y también exitosa película “Avatar”. Ambos filmes ofrecen un espectáculo fantástico y creativo que eleva al espectador a un mundo de ensueño, alcanza a ver aquello que siempre había imaginado convertido en realidad, haciéndole olvidar de que en el fondo todo se trata de una gran ilusión. Jackson, Cameron y Lucas, entre otros, son grandes prestidigitadores.
Maia Raigorodsky
junio 2010