Un muchacho aficionado a los videojuegos es reclutado como miembro de una fuerza de defensa del planeta.
The Last Starfighter (Nick Castle, 1984)
La aventura comienza – Montaje de efectos 3D YouTube
Después de Tron, este film demostró las posibilidades de la infografía para visualizar objetos (naves espaciales, planetas… en este caso) con realismo.
The Lastfighter (Nick Castle, 1984) es una película de ciencia ficción que cuenta las aventuras de un adolescente, Alex Rogan (Lance Guest), que es reclutado por los alienígenas a través de su videojuego favorito para ser piloto de una nave que combatirá en la guerra contras la raza Xur.
Pero no es el guión lo que le ha hecho convertirse en una película de culto; lo más memorable de ‘The Laststarfighter” son los efectos especiales ya que es la segunda película que utilizó las nuevas técnicas de aquel entonces de imagen generada por ordenador (CGI). Tron (Steven Lisberger) de 1982 fue el primer film en incorporar esta técnica, aunque sólo fue en breves secuencias, mientras que en el film de Nick Castle, todas las escenas espaciales son creadas mediante este método.
Los gráficos de la película fueron encargados a la empresa Digital Productions que utilizó un superordenador Cray X-MP para elaborar los 27 minutos de imagen en 3D que la película contiene. Lo más que se destacó de este trabajo (y lo que mejor se puede ver en el fragmento del video) son las naves espaciales, que fueron diseñadas por Ron Cobb, quien ya había trabajado en películas de éxito como Alien, La Guerra de las Galaxias y Conan el bárbaro.
No todos los efectos especiales en la película se hicieron con animación por ordenador. La representación de la unidad Beta antes de que tomara la forma de Alex, fue creado a partir de materiales y producidos en el set; igual que el StarCar conducido por Centauri (que luego fue utilizado como decorado en Regreso al Futuro II).
The Laststarfighter es una película producto de una época que estaba dominada por el enorme éxito de La Guerra de las Galaxias por lo que las fábricas de Hollywood disparaban clones sin cesar de la obra de George Lucas. Pero también estaban de moda las películas juveniles y las comedias de John Hughes. Lo que hizo el director Nick Castle fue aprovechar el tirón de estos dos tipos de productos y hacer una película que tuviera lo más representativo de las dos.
La película costó aproximadamente 15 millones de dólares y hizo en taquilla de alrededor de 28 millones, por lo que se puede considerar que tuvo una buena acogida. Aparte del éxito financiero, posteriormente se hizo una novela de la película por Alan Dean Foster, un videojuego y un musical.
Maria Sosa
junio 2010