Una muestra de las investigaciones pioneras del laboratorio suizo MIRAlab dirigido por Nadia Magnenat-Thalmann.
El laboratorio suizo Miralab, dirigido por Nadia Magnenat-Thalmann, fue uno de los pioneros en investigar el campo virtual cuando el realismo de personajes humanos todavía era muy difícil de conseguir. Esta investigación tecnológica consta de una série de vídeos en los que aparece Maylin Monroe como protagonista. El primer vídeo, publicado en 1985, es un encuentro virtual entre la archiconocida Marylin y Humphrey Bogart.
A nivel videográfico podemos ver que por aquel entonces los movimientos eran claramente robotizados y la forma de las estructuras delataban su marcada geometría; quizá fuese este motivo por el cual sus creadores decidieron añadirle un contenido cultural y así sumarle importancia y prestigio a la investigación.
El encuentro virtual entre los dos actores representa una de las más conocidas escenas de la película Casablanca y además hace referencia al mito griego de Las metamorfosis, de Ovidio. Según la mitología griega Pigmalión dedicó mucho tiempo buscando una mujer perfecta con quién casarse. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y empezó a crear esculturas preciosas para aliviarse. Una de ellas, Galatea, era tan bonita que Pigmalión se enamoró de ella. Entonces mediante la intervención de Afrodita, Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida.
El mito dice así: Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.
Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita y esta, conmovida por el deseo del rey, le dijo «mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal». Y así fue como Galatea se convirtió en humana.
Así pues podemos decir que este experimento virtual además de contribuir a la evolución tecnológica se alió con el séptimo arte y con la cultura mitológica griega, pues convirtió a Marylin Monroe en Galatea y a Humphrey Bogart en Pigmalión.
El laboratorio suizo Miralab, dirigido por Nadia Magnenat-Thalmann, fue uno de los pioneros en investigar el campo virtual cuando el realismo de personajes humanos todavía era muy difícil de conseguir. Esta investigación tecnológica consta de una série de vídeos en los que aparece Maylin Monroe como protagonista. El primer vídeo, publicado en 1985, es un encuentro virtual entre la archiconocida Marylin y Humphrey Bogart.
A nivel videográfico podemos ver que por aquel entonces los movimientos eran claramente robotizados y la forma de las estructuras delataban su marcada geometría; quizá fuese este motivo por el cual sus creadores decidieron añadirle un contenido cultural y así sumarle importancia y prestigio a la investigación.
El encuentro virtual entre los dos actores representa una de las más conocidas escenas de la película Casablanca y además hace referencia al mito griego de Las metamorfosis, de Ovidio. Según la mitología griega Pigmalión dedicó mucho tiempo buscando una mujer perfecta con quién casarse. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y empezó a crear esculturas preciosas para aliviarse. Una de ellas, Galatea, era tan bonita que Pigmalión se enamoró de ella. Entonces mediante la intervención de Afrodita, Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida.
El mito dice así: Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.
Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita y esta, conmovida por el deseo del rey, le dijo «mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal». Y así fue como Galatea se convirtió en humana.
Así pues podemos decir que este experimento virtual además de contribuir a la evolución tecnológica se alió con el séptimo arte y con la cultura mitológica griega, pues convirtió a Marylin Monroe en Galatea y a Humphrey Bogart en Pigmalión.
Xènia Díaz Contreras
junio 2010