De la memorable serie Cosmos de Carl Sagan: 4.000 millones de años de evolución narrados en 40 segundos.
Evolution (James Blinn, 1980)
De Cosmos de Carl Sagan YouTube
No es 3D pero es una de las primeras animaciones por ordenador para un documental.
Evolution es una animación fechada en 1980 y creada por James Blinn para el documental Cosmos, del prestigioso divulgador científico y astrónomo Carl Sagan:
Aunque a finales de los años 70 ya se habían visto animaciones hechas con ordenador, Evolution es importante sobretodo porque forma parte de un documental de divulgación científica hecho por un riguroso astrónomo. Es decir, porque fue una de les primeras animaciones hechas por ordenador incorporadas en un contexto científico, adulto y serio. Se trata, por lo tanto, uno de los primeros pasos hacia un futuro en el que lo audiovisual, y los ordenadores en sí mismos, jugarán un papel importante en el mundo científico. De hecho, hoy incluso hay corrientes científicas que plantean la idea opuesta a la de los inicios de la animación por ordenador: para hacer una buena investigación científica no sólo es positivo sino que es indispensable dominar los medios digitales de creación de imágenes sintéticas.
Por otro lado, a nivel de contenido, la teoría de la evolución de Darwin fue impactante en su época porque chocaba con la teoría creacionista de la religión católica, según la cual Dios crea al primero al hombre y después a la mujer a partir de la costilla de éste. En cierta manera este choque se puede ver reflejado en el clip de James Blinn, ya que cuando el chimpancé evoluciona a ser humano lo hace transformándose en mujer y no en hombre. Los orígenes de la teoría evolucionista fechan de hace más de un siglo, época en que parece comprensible el choque con los mitos bíblicos por la influencia que tenía la Iglesia Católica. Pero es cuanto menos extraño que todavía en 1980 y incluso hoy en día, se pueda afirmar que no se ha superado por completo, al menos a nivel simbólico o icónico, la idea de que la evolución humana empieza con el hombre.
En el ámbito educativo, cuando se explica la teoría de la evolución se hace, en la mayoría de los casos, a través de la imagen de una figura masculina, y para referirse a hombres y mujeres se usa a menudo la expresión “el hombre”. Esto se traduce en la construcción de una especie de patrón mental por el que, incluso las mujeres, pueden sorprenderse imaginando la evolución del ser humano como una figura cambiante exclusivamente masculina. Es decir, incluso cuando una mujer piensa en la evolución hasta llegar al ser que es ella ahora (su identidad física y biológica) tiende a asociar la figura humana a la del hombre y no a la de la mujer de forma casi automática. Por todo esto, creo que la decisión de Blinn o de Sagan de usar la figura femenina y no la masculina es una decisión consciente y que va más allá del ámbito estrictamente científico, convirtiendo a Evolution en una pieza pionera también a nivel de contenidos y transmisión de valores socioculturales.
Eva Domènech
junio 2009