Olas que rompen sobre la arena, el Sol que se pone, la Luna que emerge…
Carla’s Island (Nelson Max, 1981)
Demostración de una serie de innovaciones algorítmicas (olas del mar, nubes, reflejos…).
Olas que rompen sobre la arena, el Sol que se pone, la Luna que emerge…
Carla’s Island (Nelson Max, 1981)
Demostración de una serie de innovaciones algorítmicas (olas del mar, nubes, reflejos…).
Parece increíble pensar adonde ha llegado la animación por ordenador, capaz de crear mundos casi reales, e incluso de reproducir con detalle las emociones de un rostro humano.
Pero también es increíble pensar en que esto no haya llegado más pronto aún, teniendo en cuenta los logros estéticos y formales que consigue Carla’s Island. Esta pieza de Nelson Max reproduce un entorno natural con envidiable aproximación, si tenemos en cuenta que el año de realización es 1982, y que las animaciones por aquel entonces eran estrictamente en 2 dimensiones, a partir de la técnica de la filmación frame-by-frame. El mérito es mucho, al recrear en una pieza de casi 5 minutos (en su versión íntegra) y a partir de cálculos algorítmicos por ordenador, un entorno natural reconocible, y por lo tanto susceptible de compararse con la realidad immediata para evidenciar los errores e imperfecciones.
Evidentemente aun se intuye la artificiosidad de un movimiento no fluido de las olas del mar, por ejemplo. Pero seamos justos, animaciones muy posteriores y probablemente con más medios, no han realizado innovaciones mucho más conseguidas. La escena transmite con poesia la proximidad de la naturaleza, y distintas sensaciones que se derivan de esta. El uso de la música ayuda a que la plástica de las formas fluya de una manera rítmica y transmita la sensación de harmonia y paz. En su segundo fragmento, las mutaciones a las que se somete el entorno previamente creado están plenamente integradas dentro de la estética. Como mención especial, el reflejo de los rayos del Sol en las olas. Una pequeña joya.
Aaron Cabañas
junio 2010