Dos personajes caminando sobre una cuerda se enfrentan a una situación que no parece tener escapatoria para ninguno de ellos.
Tightrope (Daniel Robichaud, 1999) YouTube
Primer cortometraje del actualmente director de largometrajes 3D Daniel Robichaud.
Tightrope: cuerda tensa. Se refiere a la cuerda sobre la que caminan los personajes y, al tiempo, a la situación de tensión en que se ven envueltos. En su primer cortometraje, el director Robichaud recurre a un relato muy sencillo cuyo encanto reside en la forma: luces, colores y música que crean atmósferas en las cuales unos personajes se mueven en una especie de coreografía fatídica.
Básicamente el cortometraje está compuesto de tres elementos: los dos personajes y el espacio que los envuelve. Los dos personajes son opuestos y es con los dos juntos en escena que se obtiene el equilibrio, el elemento clave entorno al cual se desarrolla todo el corto. El arlequín es un personaje lleno de color, con un movimiento saltarín que lo relaciona con la inocencia infantil. El otro personaje por el contrario, es un personaje que combina únicamente negro blanco y gris, y cuyo rostro está oculto por un antifaz que nos oculta sus ojos y, con ello, sus pensamientos.
El autor mantiene que la actitud del Arlequín es, todo el tiempo, de inocencia y que lo único que busca es contactar con su compañero. Incluso al final, cuando corta la cuerda y provoca la supuesta muerte de su oponente, el autor afirma que lo hace sin mala intención. Sin embargo, todas las obras de arte contienen más de lo que sus autores pretenden y, en este caso, el personaje del arlequín no es tan sencillo como aparenta. Aunque sea por razones de tipo técnico, el arlequín tiene una mirada opaca y una expresión facial que cuando menos resulta desconcertante y todas estas características lo convierten en un personaje que no es de fiar. Así, el que originalmente es más serio y agresivo por lo menos deja claro que es lo que parece y, además, acaba siendo la víctima del desafortunado encuentro. El arlequín, sin embargo, se presenta como un personaje inocente que acabará siendo el verdugo del otro y que nos dejará con la duda sobre sus intenciones.
Por último, es interesante el tratamiento del espacio elegido para desarrollar la acción. Se trata de un lugar que, vacío de elementos accesorios, se limita a crear una atmósfera mágica en que la acción se desarrolla con naturalidad. De alguna forma, que el corto sea mudo se vincula a este espacio surrealista, que aleja a los personajes de la condición de seres humanos y los convierte en una especie diferente de seres aéreos cuya comunicación se basa en el movimiento. Un movimiento siempre acorde a la música que les envuelve.
En conclusión, el corto se compone de una serie de elementos muy sencillos que permiten a su autor jugar con el tema del equilibrio que se pierde ocasionalmente en ciertos momentos y que siempre se acaba recobrando, aunque uno de ellos provoca la “muerte” de uno de los personajes.
Elena Deleyto
junio 2009