El desafío de un pescador ante una tempestad descomunal. Efectos de olas, espuma, niebla…
The Perfect Storm (Wolfgang Petersen, 2000)
La tormenta perfecta – Tráiler YouTube
El desafío de un pescador ante una tempestad descomunal. Efectos de olas, espuma, niebla…
The Perfect Storm (Wolfgang Petersen, 2000)
La tormenta perfecta – Tráiler YouTube
A finales de octubre de 1991, los seis tripulantes del pesquero de Gloucester Andrea Gail perdieron la vida en medio de una tormenta de proporciones inéditas, causada por la coincidencia excepcional del Huracán Grace en crecimiento exponencial y de un frente frío canadiense justo en medio de una zona de calma en Sable Island (Atlántico norte) a punto de estallar y ansiosa de energía (“En toda una vida de meteorólogo, podrías no ver nada parecido. Sería un desastre de proporciones épicas. Sería… la tormenta perfecta”).
Wolgang Petersen, acostumbrado a obras grandilocuentes, adaptador libre de Homero (Troy), y de Michael Ende (Die unendliche Geschichte), y amante de les grandes catástrofes tanto aéreas (Air Force One) como navales (Poseidon), realiza, con The Perfect Storm (2000), una versión moderna de Moby Dick (Herman Melville, 1851), la novela fundacional del universo marítimo como escenario de sublimación de la ambición y la locura humanas.
Basada en hechos reales, The Perfect Storm adapta, a su vez, la novela homónima de Sebastian Junger publicada en 1997, que rememora las andanzas de los seis pescadores de Gloucester a bordo del Andrea Gail, a la par que bebe de la esencia de las aventuras marinas de las grandes novelas de Jules Verne i Patrick O’Brian. Sin embargo, y a pesar de las múltiples referencias de la hermenéutica marítima, The Perfect Storm tiene un eco fundamental en la historia de la Ballena Blanca, tanto en la caracterización de los personajes (Billy Tine, con la pesca, personifica la obsesión de Ahab con Moby Dick; Bobby recuerda el grumete Ismael -ambos, narradores-, así como Perry a Queequeg y el vetusto Andrea Gail al ballenero Pequod), como en la presentación del mar en su inmensa plenitud, su fuerza destructora y su poder redentor.
La tarea titánica de recrear la tempestad más terrorífica que se recuerda no podía recaer en mejores manos, las más aptas y calificadas para ello: las de Industrial Light and Magic (ILM), la poderosa empresa de George Lucas y Steven Spielberg, responsable de los efectos especiales de obras maestras como las sagas de Star Wars e Indiana Jones, y películas míticas como E.T., Jurassik Park, Forrest Gump, Titanic, Saving Private Ryan, i War of the Worlds.
El reto principal de Petersen i del supervisor de efectos especiales Stefen Fangmeier fue mezclar las tomas reales con las tomas hechas digitalmente, especialmente aquellas donde la tormenta es mas virulenta, para crear una experiencia cinematográfica de acuerdo con las dimensiones de la tormenta. Los expertos desarrollaron una técnica especial para la simulación del agua y de todos sus movimientos, culminando con la excelente recreación del huracán y las olas de 20 metros. El objetivo del film fue convertir, durante muchos minutos, la tormenta en auténtica protagonista de la historia i motor de la acción.
El otro gran logro de la ILM fue el uso pionero de los animatcs para filmar la película entera digitalmente antes del rodaje real. Así, Petersen pudo hacer todas las probaturas posibles y escoger en cada momento el plano ideal. Durante el rodaje (en los estudios de la Warner Bross en California) no se usó ninguna miniatura, todas las recreaciones fueron digitales. El director tuvo que filmar cada secuencia al milímetro para combinarla a posteriori con los efectos pertinentes, e intentar, por ejemplo, que no se notara la diferencia entre el agua real y el agua sintética.
El conjunto de efectos supuso un punto de inflexión no solo en el género de catástrofes marinas sino en toda la cinematografía del momento. Transcurrida una década, su testimonio permanece vivo en infinitud de películas actuales.
El cine moderno nos ha legado clásicos imperecederos cuyo esplendor se alcanza surcando los siete océanos del planeta, un género vibrante, plural i fascinante, capaz de englobar un melodrama como Titanic, una saga de aventuras de capa y espada como Pirates of the Caribbean, una historia de amistad y fraternidad como Master and Commander, y también una tragedia como The Perfect Storm.
He aquí la historia de seis hombres enfrentados a su destino, seis pescadores de Gloucester que desafiaron la naturaleza para convertirse en héroes. Otra historia épica de lobos de mar, enamorados del universo marítimo, de su sencillez y de su inmensidad, donde navegar a mar abierto, con la brisa en el rostro, y los pulmones llenos de aire, te convierte en un hombre libre: “Se levanta la niebla. El sol te da en la cara . A toda máquina. … los chicos están ocupados, tu estás al mando. ¿Sabes qué? Ere el maldito capitán de un barco de pez espada. ¿Acaso hay algo mejor en el mundo?”.
Marc Farràs
junio 2010