Sueña que su invención cambiará el mundo, pero olvida que los sueños siempre cuestan demasiado.
The Kinematograph (Tomasz Baginski, 2009)
Tráiler YouTube
Tercer corto del polaco Tomasz Baginski junto a la productora Platige Image (antes realizó The Cathedral y Fallen Art) basado en un cómic de Mateusz Skutnik. Web del film.
En un marco contextual en que Pixar se ha consolidado como el referente de la animación cinematográfica por excelencia y en el cual la productora Disney empieza a forjar los pilares de su tercera etapa de oro, el polaco Tomek Baginski se adentra en un estilo de animación centroeuropea más poética, consiguiendo alejarse de la línea impuesta por Hollywood y de la fórmula de éxito indiscutible de los “cartoon”. Aunque ‘The Kinematograph’ recoge la esencia de cuento de hadas de la Disney y coincide con la común coyuntura entre inocencia y perspicacia reflexiva de Pixar, la obra parece filtrada por un canon visual de marionetas.
Por otro lado, ‘The Kinematograph’, cuyo embrión empezó a forjarse en 2006, se encuentra en las antípodas de las dos obras anteriores del artista: ‘The Cathedral’ i ‘Fallen Art’. Basado en un cómic de Mateusz Skutnik, este tercer trabajo de Baginski bebe del drama y de la historia de amor; es un relato completamente distinto de sus precedentes.
Francis, el protagonista, es un inventor convencido de que su nuevo artilugio va a cambiar el mundo. No obstante, inmiscuido en si mismo y en su trabajo, el tiempo transcurre a su alrededor y el viejo despierta demasiado tarde. Se trata de un relato cargado de significado. Todo sueño tiene un precio, y esa dificultad por conseguir nuestros deseos se refleja en consonancia con el tratamiento visual: los espejos, las nubes, la niebla, etc. Pero, sobretodo, es la puesta en escena de la creación cinematográfica la que sirve de pretexto para materializar la idea de realidad versus ficción, de realidad versus sueño, de lo que es y no es, y de lo que parece ser. La lectura del tráiler es asombrosa en este aspecto: empieza con un encuadre de la mujer construido por las propias manos de Francis y termina con el reflejo de ésta en un espejo. ¿Son necesarias las palabras?
En efecto, ‘The kinematograph’ es puro metalenguaje. La historia nos traslada a finales de siglo XIX, en un período en que el invento de los hermanos Lumière se encontraba en fase latente. El cortometraje habla, pues, del propio cine, del acto de creación del séptimo arte. De hecho, el título ya es una revelación de principios: “el cinematógrafo”, la máquina que hizo posible el origen de la imagen en movimiento.
El objetivo de la obra es traducir al lenguaje audiovisual la tragedia derivada de la inconsistencia de nuestro mundo, aunque desprovista de la sombría suciedad que había impregnado ‘Fallen Art’. Es una verdadera historia nostálgica pero, sin embargo, la tristeza que envuelve la trama no se percibe repulsiva y aplastante; hay un matiz de calidez que abraza las imágines y crea una atmósfera dulcemente estremecedora. El director apostó por un velo de romanticismo que cubre toda una fábula visual espléndida, evitando cruzar, cabe decirlo, la delgada línea hacia la viscosidad.
En un primer momento, ‘The Kinematograph’ adquirió una estética cercana al cómic, moldeando unos personajes de cabezas y orejas grandes que parecían roedores. No obstante, Baginski pronto se dio cuenta de la disonancia resultante con el empleo del mismo camino estético en ambas artes: lo que funcionaba de un modo exquisito en el cómic, fallaba fervorosamente en la traducción cinematográfica. ‘The Kinematograph’ era una historia de sentimientos y requería cierta credibilidad. Después de cruzar una fase de cierta crisis creativa, el proyecto consiguió ser reavivado por el ingenio de Jakub Jablovski, quién diseñó unos personajes en completa sintonía con la trama y propuso un mundo tintado de una calidez melancólica conmovedora. La estilización, la textura cromática y lumínica, la atmósfera de cuento de hadas: todo constituye un tejido homogéneo y coherente. Es una maravilla. Y ese clima esmerado se traduce en la magistral música compuesta por Adam Skorupa i Pawec Bjaszczyk. Cada acorde musical genera una pletórica sinergia con la evolución de los fotogramas. Y la elección de una orquesta en directo como banda sonora eleva la impresión.
Sin lugar a dudas, ‘The Kinematograph’ supuso un gran desafío para Platige Image, ya que nunca antes se había afrontado a un hito de estas características (hasta entonces, la productora solamente había realizado productos de alrededor de unos 30 segundos). Además, el proyecto significa un paso importante en el terreno de la experiencia de Tomek Baginski, un paso que lo podría catapultar hacia una futura realización de un largometraje. Como el mismo director declaró: “Es tiempo para formatos mayores”.
Montse Martínez
mayo 2010