La colección de animaciones por ordenador sobre la ciudad de Barcelona tiene un objetivo claro y contundente: presentar Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos del verano de 1992. Son tres en total las animaciones que forman parte del proyecto de promoción de la ciudad condal, cada una de ellas con un estilo propio e intentando mostrar Barcelona des de un punto de vista diferente, enseñando aspectos relevantes inherentes en sí misma.
A lo largo de las tres postales vemos unas intenciones bien definidas por cada autor. En la primera postal animada, titulada Barnasaurus de Remo Balcells, se nos presenta una especie de dragón, similar al tritón de Gaudí, que da juego a todo el proceso de conformación de la postal, trasladándonos des de la antigua ciudad de Barcino hasta la Barcelona posmoderna actual. Además de mostrar la arquitectura de la ciudad, a través de la estructura del Eixample y el pilar de la Sagrada Família, Barnasaurus también se interesa por la pintura, donde podemos ver los ejemplos de mosaicos y sobre todo cuadros de Picasso, Dalí i Miró.
La siguiente de las postales, Laberint, es un poco más difusa que la anterior, con un gran trabajo de conexiones entre diferentes emplazamientos de Barcelona como son la orilla del mar, el parque del laberinto y el barrio Gótico. Sin duda, a Rebecca Allen le gusta jugar con las formas y sus particularidades, ya que en ciertos momentos vemos como lo usa para ir conectando un espacio con otro, aprovechando los tonos de color como elemento de continuidad en algún caso. Por otra parte, es interesante destacar el trabajo realizado en los cambios de forma, bastante sutiles para la época, aunque en algunos momentos se pierde su credibilidad en su dimensión.
Por último, encontramos Orgiment, de Xavier Mariscal, que opta por una construcción literal de la ciudad de Barcelona. Una ciudad que nace de la arena para convertirse en oro, y nunca tan bien expresado. La Barcelona del 1992 se erigía como una ciudad que renacía, fruto de su esfuerzo por mejorarse, construir nuevos equipamientos, buscar nuevos objetivos y plantearse nuevos retos. En 1992 Barcelona se llenaba de oro para ofrecer lo mejor de sí misma.
Como apunte final, cabe decir que técnicamente había mucho trabajo hecho, aunque existen ciertos aspectos que no han quedado muy limpios como son las texturas de elementos como el pilar de la Sagrada Família de Barnasaurus, o el movimiento del dragón en el que las patas están demasiado fijas. Es evidente que la época dificultaba estas mejoras, pero encuentro interesante dejar patente que las postales son originales y bien trabajadas en general, sobre todo para promocionar una ciudad olímpica como Barcelona.
La colección de animaciones por ordenador sobre la ciudad de Barcelona tiene un objetivo claro y contundente: presentar Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos del verano de 1992. Son tres en total las animaciones que forman parte del proyecto de promoción de la ciudad condal, cada una de ellas con un estilo propio e intentando mostrar Barcelona des de un punto de vista diferente, enseñando aspectos relevantes inherentes en sí misma.
A lo largo de las tres postales vemos unas intenciones bien definidas por cada autor. En la primera postal animada, titulada Barnasaurus de Remo Balcells, se nos presenta una especie de dragón, similar al tritón de Gaudí, que da juego a todo el proceso de conformación de la postal, trasladándonos des de la antigua ciudad de Barcino hasta la Barcelona posmoderna actual. Además de mostrar la arquitectura de la ciudad, a través de la estructura del Eixample y el pilar de la Sagrada Família, Barnasaurus también se interesa por la pintura, donde podemos ver los ejemplos de mosaicos y sobre todo cuadros de Picasso, Dalí i Miró.
La siguiente de las postales, Laberint, es un poco más difusa que la anterior, con un gran trabajo de conexiones entre diferentes emplazamientos de Barcelona como son la orilla del mar, el parque del laberinto y el barrio Gótico. Sin duda, a Rebecca Allen le gusta jugar con las formas y sus particularidades, ya que en ciertos momentos vemos como lo usa para ir conectando un espacio con otro, aprovechando los tonos de color como elemento de continuidad en algún caso. Por otra parte, es interesante destacar el trabajo realizado en los cambios de forma, bastante sutiles para la época, aunque en algunos momentos se pierde su credibilidad en su dimensión.
Por último, encontramos Orgiment, de Xavier Mariscal, que opta por una construcción literal de la ciudad de Barcelona. Una ciudad que nace de la arena para convertirse en oro, y nunca tan bien expresado. La Barcelona del 1992 se erigía como una ciudad que renacía, fruto de su esfuerzo por mejorarse, construir nuevos equipamientos, buscar nuevos objetivos y plantearse nuevos retos. En 1992 Barcelona se llenaba de oro para ofrecer lo mejor de sí misma.
Como apunte final, cabe decir que técnicamente había mucho trabajo hecho, aunque existen ciertos aspectos que no han quedado muy limpios como son las texturas de elementos como el pilar de la Sagrada Família de Barnasaurus, o el movimiento del dragón en el que las patas están demasiado fijas. Es evidente que la época dificultaba estas mejoras, pero encuentro interesante dejar patente que las postales son originales y bien trabajadas en general, sobre todo para promocionar una ciudad olímpica como Barcelona.
Lídia Oñate
junio 2010