Bienvenidos a Monstruopolis, un mundo paralelo al nuestro donde la inyección de una dosis de vida eterna convierte a los monstruos en seres reales. Bienvenidos al mundo digital donde todo es posible.
Sus ojos están abiertos, intentando adivinar esa silueta intrusa que atemoriza sus horas de sueño. Sus finos dedos humanos asoman entre las sábanas y la presión que ejercen sobre la tela describe el miedo que permanece escondido en el cuerpo de una niña. Sus ojos siguen abiertos en la penumbra, fijos en la puerta de su ropero mientras su cuarto hace minutos que duerme. De nuevo, el crujido de una puerta… Ya están aquí, los monstruos.
Se trata de trabajadores de la empresa Monsters Inc. Su función básica es la de asustar a los más pequeños cada noche para extraer de sus gritos la energía que alimenta la ciudad de Monstruopolis. La puerta del ropero de las habitaciones de los niños es la barrera franqueable que separa ambos mundos. El funcionamiento del mundo animado de los monstruos, del mismo modo que pasa en nuestro mundo real, viene dado gracias a la interacción entre trabajadores y máquinas. Aunque en este caso, los mecanismos para conseguir la energía son adecuados, nuestros protagonistas Sullivan y Mike Wazowski acabarán descubriendo una estrategia mucho más poderosa basada en las risas de los niños en vez de sus gritos de terror.
Monsters Inc. es una película construida con un fin catártico, de liberación del miedo que todo humano ha experimentado en su niñez ante el silencio infringido y la oscuridad perturbadora de la noche. Y para desmitificar la figura del “coco” se recurre a la afirmación de la existencia de unos monstruos sensibles y humanizados que trabajan duro para ganar destreza en la ardua tarea de asustar y de conseguir sobreponerse al constante pavor que sienten ante los niños.
Monsters Inc. presenta una explosión de sensaciones a través de una realidad creada por ordenador. La recreación de este mundo animado es tan creíble que las texturas se hacen fácilmente palpables a través de la vista así como el suave pelaje de Sulley o el viscoso tacto de las babosas o de los monstruos gelatinosos. Sus movimientos, su expresividad, así como la caracterización de cada uno de los personajes, confeccionan un universo en tres dimensiones que se inserta en el nuestro con realismo y que se hace accesible. Tan sólo hace falta abrir una puerta.
Bienvenidos a Monstruopolis, un mundo paralelo al nuestro donde la inyección de una dosis de vida eterna convierte a los monstruos en seres reales. Bienvenidos al mundo digital donde todo es posible.
Sus ojos están abiertos, intentando adivinar esa silueta intrusa que atemoriza sus horas de sueño. Sus finos dedos humanos asoman entre las sábanas y la presión que ejercen sobre la tela describe el miedo que permanece escondido en el cuerpo de una niña. Sus ojos siguen abiertos en la penumbra, fijos en la puerta de su ropero mientras su cuarto hace minutos que duerme. De nuevo, el crujido de una puerta… Ya están aquí, los monstruos.
Se trata de trabajadores de la empresa Monsters Inc. Su función básica es la de asustar a los más pequeños cada noche para extraer de sus gritos la energía que alimenta la ciudad de Monstruopolis. La puerta del ropero de las habitaciones de los niños es la barrera franqueable que separa ambos mundos. El funcionamiento del mundo animado de los monstruos, del mismo modo que pasa en nuestro mundo real, viene dado gracias a la interacción entre trabajadores y máquinas. Aunque en este caso, los mecanismos para conseguir la energía son adecuados, nuestros protagonistas Sullivan y Mike Wazowski acabarán descubriendo una estrategia mucho más poderosa basada en las risas de los niños en vez de sus gritos de terror.
Monsters Inc. es una película construida con un fin catártico, de liberación del miedo que todo humano ha experimentado en su niñez ante el silencio infringido y la oscuridad perturbadora de la noche. Y para desmitificar la figura del “coco” se recurre a la afirmación de la existencia de unos monstruos sensibles y humanizados que trabajan duro para ganar destreza en la ardua tarea de asustar y de conseguir sobreponerse al constante pavor que sienten ante los niños.
Monsters Inc. presenta una explosión de sensaciones a través de una realidad creada por ordenador. La recreación de este mundo animado es tan creíble que las texturas se hacen fácilmente palpables a través de la vista así como el suave pelaje de Sulley o el viscoso tacto de las babosas o de los monstruos gelatinosos. Sus movimientos, su expresividad, así como la caracterización de cada uno de los personajes, confeccionan un universo en tres dimensiones que se inserta en el nuestro con realismo y que se hace accesible. Tan sólo hace falta abrir una puerta.
Laura Lorenzo
junio 2009