Una robot sexy anuncia conservas enlatadas. El primer spot realizado íntegramente por ordenador.
Brilliance (Robert Abel, 1983) YouTube
La robot protagonista está animada con técnicas de rotoscopia; fue la primera vez que se aplicaron digitalmente.
“We haven’t even figured out human motion, which is the basis, and that’s a year away”. Quien le diría a Robert Abel que una semana después de pronunciarlo en un show de televisión, sería retado por el director creativo de Ketchum, para hacer el anuncio más arriesgado i novedoso del momento. Se le encomendó, el año 1984, un espot de latas de conserva para la National Cannes Food Information Council, que meses más tarde se convertiría en la primera publicidad con androides sintéticos en movimiento.
Brilliance es, en toda regla, una producción que nace de la filosofía evidente de Abel & Associates de experimentación digital y innovación tecnológica. En este, una sexy robot presenta el producto con una sensualidad parecida a la humana. El trabajo de rotoscopía, la paciente faena de capturar fotograma a fotograma el movimiento, desemboca a la naturalidad de éste, sin que parezcan bruscos y rotos.
Una sexy robot de movimientos sensuales y difuminados, con una voz sensible y cautivante (parecido a una línea erótica), atrae a los telespectadores de forma fulminante. Su condición humana la hace real, superando su propia naturalidad metálica, convirtiéndose en una más de un futuro más que tecnológico.
Interesante todas las relaciones y comparaciones que se ponen al descubierto con Brilliance, tanto en contenido como en la forma. Nos encontramos en el año 3000, y vemos una sexy androide de movimientos atractivos, explicándonos la importancia del envase de lata en la sociedad del futuro. ¿Y quién es ella más que un envase de metal? Un envase de lata perfecto y natural, como la comida que se conserva dentro de estos botes. Una comparación perfecta, teniendo en cuenta que se vende como la solución del futuro (presente en el 3000). Latas donde se mantiene la energía y naturalidad, al igual que se conserva ella, perfecta y vital.
Recreación inigualable del tiempo futuro, con un fondo de paredes plateadas y líneas rectas cruzadas formando un espacio abierto al mundo; una ventana que se asoma al espacio exterior, omnipotente y soberano, pero real; una música electrónica que ambienta la situación; cámara en movimiento creando sensación de no-gravedad; y como no, una mujer robot, sintética y animada, perfecta y sensual.
Un contexto futurista que funciona en relación al producto publicitado; el anuncio seduce y embriaga a los telespectadores del momento. Gracias a su excelencia visual y de contenido, por su carácter innovador y rompedor, se ha convertido en un referente de la imagen digital publicitaria.
Laura de Bonis
junio 2009