Alicia, convertida en una adolescente, retorna al mundo mágico de su infancia. Allí encuentra a sus viejos amigos y conoce su destino.
Alice in Wonderland (Tim Burton, 2010)
Alicia en el país de las maravillas – Tráiler YouTube
Versión Tim Burton de los libros de Lewis Carroll «Alicia en el país de las Maravillas» (1865) y «A través del espejo» (1871). Web oficial del film.
Parece ser que la originalidad de Tim Burton está a punto de llegar a sus límites, a tenor de lo que se nos muestra en esta adaptación de la obra de Lewis Carrol, que por cierto coge elementos del binomio: Alícia en el País de Las Maravillas, pero también A Través del Espejo y lo que Alicia encontró allí. En esta nueva versión, Burton se limita a coger el argumento en su estructura narrativa más esencial: Alícia, está cansada de su rutinaria vida por pertenecer a la clase alta y a que decidan por ella; como no quiere casarse con el prometido que le han escogido, decide escapar y vuelve a parar al mundo asombroso que ya visitó hace 13 años, y que en realidad es fruto de un sueño. Esta linea tan endeble ya ha sido tratada anteriormente por el cine en infinidad de veces, y merecería una nueva lectura, algo más madura y de acorde con nuestra época. No era necesaria una relectura en clave nostálgica tan simple como esta. No bastaba con repetir la misma situación inicial de la primera versión como punto de partida de un relato que pretende ser diferente y acaba recurriendo a lo mismo que su predecesor. Pero no, Burton se limita a usar el argumento recurrente y simplón de “unos cuantos años más tarde” como nimia excusa para desarrollar todo su imaginario fantástico y surrealista, algo egocéntrico a estas alturas, y que ya empieza a saturar.
Argumentalmente la película, no aporta casi nada nuevo, excepto una visión pseudo-nostálgica que al final resulta anecdótica. Ahora bien, si lo que uno quiere es ir a deleitarse con las nuevas prestaciones tecnológicas del 3D, esta es la película ideal y todo se presta a ello. El desarrollo del guión no exige una atención excesiva y nos podemos entonces sumergir en ese mundo asombroso y fantástico imaginado por la mente psicodélica y enfermizamente surrealista de Burton.
Aaron Cabañas
junio 2010