Los fantasmas de las navidades pasadas, presentes y futuras abren el corazón de un malvado anciano para que arregle todo el mal que ha hecho.
A Christmas Carol (Robert Zemeckis, 2009)
Cuento de Navidad – Escena YouTube
Basada en la famosa novela del mismo título de Charles Dickens, la película está realizada con técnicas de captura de movimiento de actores reales como Polar Express y Beowulf, del mismo director.
El director Zemeckis, a través de su empresa ImageMovers, firmó un acuerdo con Disney cuyo primer fruto ha sido esta nueva versión del clásico cuento de Charles Dickens, la primera película de la empresa Walt Disney que se estrena en salas IMAX 3D. Como es bien sabido, la historia gira en torno al viejo, gruñón y mezquino Ebenezer Scrooge (Jim Carrey), a quien en una Nochebuena le visitan tres fantasmas, que harán que se replantee su actitud ante la vida y los demás.
Este libro se ha adaptado al cine en infinidad de ocasiones pero esta vez se trata de una versión distinta a las demás porque está hecha con la técnica “motion capture”, al igual que en Beowulf y Polar Express, donde actores de carne y hueso representan los gestos y movimientos de los personajes y éstos son recogidos en un ordenador para pasarlos a animación en 3D.
De la cinta destaca su calidad técnica y la destreza con la que se han resuelto algunas imágenes. La técnica del 3D está más que lograda y las visiones panorámicas del Londres de mediados del siglo XIX son dignas de ver.
La película de Robert Zemeckis empieza con el libro de Dickens. Es su forma de decirnos que ha intentado ser lo más fiel posible al original. El libro se abre (leemos “Marley estaba muerto”) y la primera página cobra vida. La ilustración del cadáver de Marley pasa del 2D al 3D. Ya estamos en el terreno de Zemeckis.
Los personajes parecen reales y sus movimientos en el entorno digital impresionan. El motion capture se revela capaz de crear a un Mr. Scrooge cuyo rostro es un universo en sí mismo: una expresiva orografía con textura de cuadro barroco. No obstante, la técnica sigue teniendo limitaciones: los movimientos resultan mecánicos y anti-naturales. Como pasaba en las dos anteriores películas del director, uno no ve personas ahí, por más que sean actores los que hayan prestado sus interpretaciones y sus voces a los personajes. Uno ve muñecos. Lo que tiene de especial la historia de Dickens, la emoción y la humanidad, se pierde estando protagonizada por criaturas artificiales.
En definitiva, “Cuento de Navidad” es un paso más respecto a “Beowulf” en cuanto a la tecnología. Da la sensación de que las películas de Zemeckis, aunque apoyadas en el proceso del motion capture, no son cine de animación sino otra cosa, probablemente el primer paso de un nuevo capítulo en la historia de la imagen donde lo real será la ilusión creada por el mundo virtual.
Irene Peralta
mayo 2010